lunes, 19 de diciembre de 2016

Joaquín Díaz y el romance de Gerineldo

Joaquín Díaz, músico y folclorista, es la gran figura de la cultura tradicional castellana. Su labor, desde los años 70, ha sido la de recuperar y dar valor a toda la tradición poética y musical a través de una serie de trabajos tanto musicales como de interpretación. Por ejemplo, los discos Romances tradicionales y Romances populares.
Hoy día preside la Fundación Joaquín Díaz en Urueña, dedicada a la preservación de la cultura popular y folclore castellano.
Uno de los romances que ha musicado Joaquín Díaz es el de Gerineldo, de origen francés y que trata de una relación amorosa entre una dama y un criado, y, de alguna forma, tiene un desenlace contrario al del Conde Olinos. El protagonista es criado del rey Carlomagno, que es solicitado por la hija de este para que la visite por la noche a su habitación. El poema está difundidísimo por toda la geografía española, pero también por la comunidad sefardí de marruecos o América. Las versiones son muchas, y en la que canta Joaquín Díaz se hace explícito el final feliz. El rey permite que se casen Gerineldo y la infanta.



ROMANCE DE GERINELDO

- Gerineldo, Gerineldo, Gerineldito pulido 
quien estuviera esta noche, sólo dos horas contigo.
- Como soy vuestro criado, Señora burláis conmigo.
- No me burlo Gerineldo, que de veras te lo digo.
¿A qué hora, la mi señora, me tendrá abierto el castillo?
- Entre las once y las doce, cuando el rey se haya dormido.
A eso de las once y media, Gerineldo va al castillo.
- ¿.Quién será ese caballero que a mi puerta dió un suspiro?
- Gerineldo soy, señora, que vengo a lo prometido. 
Baja la dama en enaguas, abre puertas y postigos. 
- Con un postigo que abra, cabe mi cuerpo pulido. 
Se metieron en la cama como mujer y marido
y antes del gallo cantar, los dos se quedan dormidos. 
Cuando se despierta el rey, despierta despavorido.
- O me fuerzan a la hija, o me roban el castillo. 
Coge la espada en su mano y se va para el retiro, 
y se encuentra allí a los dos como mujer y marido.
- Si mato a mi hija la infanta, queda mi reino perdido, 
y si mato a Gerineldo le mato muy joven niño.
Meto la espada entre medias, porque sirva de testigo.
- Despiértate, Gerineldo, despierta si estás dormido, 
que la espada de mi padre entre los dos ha dormido.
Ya se viste Gerineldo, ya se va para el retiro 
y al bajar por la escalera, el rey, su amo, le ha visto. 
- ¿Dónde vienes Gerineldo, que vienes descolorido?
- Vengo del jardín señor, que está florecido y lindo; 
con el olor de las flores, los colores se me han ido.
- No has prevenido muy mal para ser tan tierno niño. 
- Máteme el rey mi señor, que lo tengo merecido. 
- Si te quisiera matar, harto lugar he tenido. 
El castigo que te doy, no te doy otro castigo-
que ella sea tu mujer, y tú seas su marido.

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